Cuando encontramos la vivienda que cumple con todos nuestros requisitos, el primer impulso suele ser querer asegurarnos de que nadie más la compre antes que nosotros. Por eso, antes de formalizar la compraventa, es habitual firmar un contrato de reserva de vivienda. Se trata de un documento que permite asegurar temporalmente la disponibilidad del inmueble mientras se realizan los pasos necesarios para cerrar la operación.
¿Qué es un contrato de reserva de vivienda?
El contrato de reserva de vivienda es un documento privado mediante el cual el comprador manifiesta su voluntad de adquirir un inmueble y el vendedor se compromete a retirarlo temporalmente del mercado durante un período determinado. A cambio, el comprador entrega una cantidad de dinero en concepto de reserva, que suele oscilar entre el 1% y el 5% del precio total de la vivienda. Esta cantidad se descuenta posteriormente del precio final si la compraventa se formaliza.
Se trata, por tanto, de un compromiso inicial entre ambas partes que precede al contrato de arras o de compraventa. Aunque no es obligatorio por ley, sí es muy recomendable, ya que ofrece seguridad tanto al comprador como al vendedor y permite ganar tiempo para preparar la documentación o conseguir la financiación necesaria.
¿Qué información debe incluir?
Para que el contrato de reserva de vivienda sea válido, es fundamental que recoja de forma clara y completa toda la información relevante sobre la operación. Este documento debe dejar constancia por escrito de los principales derechos y obligaciones del comprador y del vendedor, así como de las condiciones pactadas entre ambos.
En concreto, debe incluir:
- Los datos de identificación del comprador y del vendedor.
- La descripción detallada del inmueble, incluyendo su dirección, referencia catastral y principales características.
- El importe entregado en concepto de reserva y la forma de pago acordada.
- El plazo de vigencia del contrato, es decir, el período durante el cual el vendedor se compromete a no ofrecer la vivienda a terceros.
- Las consecuencias en caso de incumplimiento, especificando en qué supuestos se devuelve o se pierde la cantidad depositada.
- La fecha, el lugar y la firma de ambas partes.
En Simm asesoramos a nuestros clientes para que el contrato de reserva sea jurídicamente correcto, transparente y equilibrado, garantizando que todas las cláusulas queden perfectamente definidas y que ambas partes comprendan lo que están firmando antes de avanzar hacia el contrato de arras o la compraventa definitiva.
¿Para qué sirve realmente la reserva?
La función principal del contrato de reserva es aportar tranquilidad. El comprador sabe que la vivienda quedará “bloqueada” durante un tiempo, mientras gestiona la hipoteca o revisa la documentación. El vendedor, por su parte, tiene la garantía de que el comprador muestra un interés real y un compromiso con la operación.
En este sentido, la reserva no es solo un trámite: es un primer paso hacia la compra. Y, en caso de que el comprador decida finalmente no continuar con la operación sin una causa justificada, puede perder el importe entregado. Si es el vendedor quien se echa atrás, normalmente deberá devolver el doble de la cantidad recibida.
¿Cómo puede ayudarte Simm en este proceso?
En Simm somos conscientes de que la compra de una vivienda es una de las decisiones más importantes de la vida. Por eso, acompañamos a nuestros clientes desde el primer contacto hasta la firma final, resolviendo dudas y gestionando toda la documentación necesaria.
En el caso del contrato de reserva, te asesoramos para que cumpla con todas las garantías legales y refleje con precisión el acuerdo alcanzado entre comprador y vendedor.
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